Hemos invitado a un grupo de graduados del Programa del Diploma a que reflexionen sobre cómo han sido sus vidas después de la etapa en el IB y den sus opiniones sobre los temas que prefieran. La exalumna Jasmine Jackson-Irwin es la autora del tercer artículo de la serie.
Contribución de Jasmine Jackson
Para los alumnos que sean como yo, el último año de secundaria se dividirá en dos períodos diferentes: la etapa previa a la solicitud de admisión en las universidades y el tiempo de espera hasta que llegan las respuestas. Las expectativas de futuro son prometedoras y emocionantes, pero el proceso de solicitud y toma de decisiones puede degenerar en una amalgama de folletos satinados, entrevistas informativas y visitas a universidades que parecen todas iguales.
Jasmine Jackson-Irwin obtuvo el diploma del IB en el Parkland Magnet High School.
A medida que avanza el último año, compaginar las responsabilidades habituales del colegio con el proceso de solicitud de admisión en universidades nos causa estrés a casi todos. Sin embargo, conviene recordar que al final de todo ese estrés disfrutaremos de una nueva e increíble oportunidad: un lugar que será nuestro hogar académico, social y personal.
Pese a la aparente locura que supone la solicitud de admisión en universidades, el proceso brinda a los alumnos una oportunidad inigualable para la reflexión personal y la consideración de su futura trayectoria. Mientras espera a que lleguen las respuestas, puede empezar a reflexionar sobre estos cuatro temas, que le ayudarán a encontrar el lugar perfecto donde pasar los próximos cuatro años.
1. Cuestiones académicas
La universidad, como es lógico, existe para desarrollar las bases académicas que ya llevamos años construyendo. Cuando empiece a evaluar universidades, piense en los elementos de la educación del IB que más le han impactado: ¿Sistemas Ambientales y Sociedades, y Biología? ¿Música y Teoría del Conocimiento? ¿Historia de América y Psicología? Dedique tiempo a considerar programas y universidades que no solo reflejen sus intereses actuales, sino también áreas de posible desarrollo. La universidad presenta una de las mejores oportunidades de explorar nuevas disciplinas, por absurdas que parezcan.
2. Vida social
El IB y, particularmente, el Programa del Diploma son famosos por su rigor académico. Lo que muchos subestiman, sin embargo, es el inmenso sentido de comunidad que se crea entre alumnos y profesores durante el programa. A muchos alumnos les puede intimidar la idea de cambiar una estructura tan unida como la de su colegio por un ecosistema universitario mucho más grande. A la hora de elegir una universidad, hemos de tener en cuenta los elementos sociales que nos interesan. Puede hacer una visita a la asociación de alumnos o consultar la lista de organizaciones estudiantiles en línea, si ha hecho alguna actividad extracurricular durante su etapa en el colegio. ¿Se le conocía por sus dotes para animar en los partidos deportivos del colegio? Considere entonces una universidad donde haya programas deportivos que le entusiasmen y grupos de aficionados activos. Las cuestiones académicas han de ser prioritarias, pero una vida social activa y variada en la universidad puede venir muy bien para gestionar el estrés y entablar amistades que duren toda la vida.
3. Desarrollo profesional
Aunque la universidad está ahí para ampliar nuestra mente desde una perspectiva académica, gestionar la transición a una carrera profesional de éxito o a un programa de posgrado de alto nivel es el siguiente paso del proceso para la mayoría de los alumnos. Cuando empiece a evaluar sus opciones universitarias, tenga en cuenta el mercado laboral o los índices de admisión en programas de posgrado durante los años posteriores a la graduación. Muchas universidades también ofrecen servicios profesionales para orientar a los alumnos universitarios o de posgrado sobre prácticas profesionales u oportunidades de servicio público de larga duración. Aunque no tenga ni la más remota idea de cuál podrá ser su trayectoria profesional, es muy importante que se asegure de acceder a un entorno preparado para invertir en su futuro.
4. Impacto
El activismo y el servicio público estudiantil ocupan un lugar muy destacado en la experiencia universitaria estadounidense. A lo largo de la historia, las universidades han sido el caldo de cultivo del crecimiento social, la organización creativa y la filantropía. Para muchos alumnos del IB, el entorno universitario permite la ampliación de sus intereses en el ámbito del servicio, a menudo desarrollados mediante la realización de sus proyectos de Creatividad, Actividad y Servicio (CAS). Si le interesan actividades como la organización de campañas de recaudación de fondos para entidades benéficas locales o el voluntariado en organizaciones sin fines de lucro comunitarias, busque universidades con una sólida trayectoria de trabajos de impacto local y global.
Muchas universidades cuentan con organizaciones de alumnos dedicadas al servicio, o incluso oportunidades de trabajo parcial que reviertan en el ecosistema universitario. Del mismo modo, hay nuevas ramas académicas como el emprendimiento social y la gestión de organizaciones sin fines de lucro que pueden brindarle la oportunidad de convertir su interés en el servicio en una carrera profesional fructífera y de gran impacto social. Considere sus opciones y recuerde que todos los alumnos del IB llevamos dentro la experiencia de CAS.
Jasmine Jackson-Irwin nació en Carolina del Norte y obtuvo el diploma del IB en el Parkland Magnet High School. Como alumna de la Universidad de Carolina del Norte, Chapel Hill, Jasmine compaginó sus estudios académicos en Ciencias políticas y Literatura alemana con trabajos extracurriculares en los que abordó cuestiones relacionadas con la política local y estatal, la reforma de la justicia penal y la educación internacional. Después de graduarse en Carolina, Jasmine dio el salto a la industria tecnológica y trabajó en varios lugares de EE. UU. Su último destino fue San Francisco. Le encanta leer sobre la industria musical, defender la superioridad de la cocina sureña y bailar en las esquinas de las salas de conciertos del Área de la Bahía.
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