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Profesiones y ética: ¿qué hay de esto?

Contribución de Chantell Wyten

El Proyecto de Reflexión es un componente troncal del Programa de Orientación Profesional (POP) que va más allá de un trabajo profundo: los alumnos han de realizar una investigación independiente, utilizar habilidades de pensamiento de orden superior y explorar formatos de presentación originales. También les brinda la oportunidad de tomar la iniciativa intelectual y poner en práctica habilidades transferibles a contextos académicos y profesionales futuros. Asimismo, se ha demostrado que dedicar tiempo a la exploración de dilemas éticos resulta beneficioso para los individuos y las comunidades de aprendizaje.   

Después de terminar el colegio, pocos alumnos volverán a utilizar el teorema de Pitágoras o necesitarán recordar todos los detalles de la biología celular. Sin embargo, todos afrontarán dilemas morales. La ética está presente en todas partes, desde lo que comemos en el desayuno hasta las profesiones que elegimos, pasando por la manera en que interactuamos con los demás. A menudo se presentan a los alumnos situaciones hipotéticas en un intento de estimular el pensamiento ético, como las siguientes: ¿cuál es el impacto de la ingeniería genética o la desaparición de las fronteras políticas en el mundo? El Proyecto de Reflexión brinda la oportunidad de abordar este tipo de cuestiones e invita a los alumnos a realizar una investigación activa para revisar los fundamentos de lo que verdaderamente implica ser humano.

El diseño del Programa de Orientación Profesional (POP) parte de la idea de que para preparar a los alumnos de manera que puedan prosperar en un mundo en constante cambio, los colegios no solo deben enseñarles las habilidades y los conocimientos necesarios, sino también inculcarles la capacidad de gestionar el cambio e influir en él. Uno de los principios fundamentales del POP es preparar a los alumnos para el mercado laboral y ayudarlos a desarrollar sus habilidades y su confianza en sí mismos. El Proyecto de Reflexión, que gira en torno a los estudios de formación profesional de los alumnos, les presenta complejidades morales que no siempre se tratan en profundidad en los contenidos típicos de un curso y les permite explorar dilemas éticos relacionados con sus aspiraciones futuras.

A lo largo de la experiencia de los alumnos en el POP surgen diversas cuestiones éticas, como los cuestionamientos a sus ideas, las respuestas instintivas o las formas de comportamiento. Los colegios tienen la responsabilidad específica de ayudar a los alumnos a pensar, sentir y actuar a su manera con respecto a las cuestiones éticas, especialmente cuando trabajan en el Proyecto de Reflexión.

Una de las ponentes de la Conferencia global del IB, la neurocientífica, psicóloga y antigua educadora Mary Helen Immordino-Yang, destaca la importancia de que los colegios se tomen en serio este desafío:

“En este momento, el mundo se encuentra en un punto de inflexión muy dinámico y volátil. Por primera vez, el ser humano tiene la posibilidad de controlar y dañar nuestro planeta. Tenemos la posibilidad de curar enfermedades y resolver problemas que hasta ahora eran insolubles. Tenemos la posibilidad de comunicarnos entre nosotros y transportarnos de maneras que hasta ahora eran imposibles. Sin embargo, no podemos prever adónde nos llevarán como especie estas nuevas capacidades y tecnologías. Nuestra única esperanza es encontrar maneras de formar, enseñar y educar a jóvenes capaces de tener en cuenta las implicaciones sociales a la hora de pensar en problemas críticos complejos”.[i]

El valor de la enseñanza de la ética es muy claro: la capacidad de razonamiento moral es un aspecto fundamental del desarrollo del cerebro social y un requisito de la ciudadanía activa. No solo es importante que los alumnos conozcan los derechos, las responsabilidades y la complejidad de la vida diaria moderna; la democracia participativa exige algo más: ciudadanos capaces de reflexionar sobre cómo debe ser su comunidad o su planeta. Cuestiones tan diversas como los impuestos y la desigualdad, los límites de la libertad de expresión y las reivindicaciones de las futuras generaciones tienen una dimensión moral. Los jóvenes necesitan una formación explícita y espacio para explorar perspectivas y su posterior impacto en contextos del mundo real si queremos que se conviertan en miembros íntegros de la sociedad.

El Proyecto de Reflexión supone un cuestionamiento directo a las prácticas y los entornos educativos que coartan la natural curiosidad de los alumnos. Es una oportunidad muy necesaria en muchos contextos, según confirma un estudio realizado por la organización Business at OECD (BIAC), en el que un 67 % de los participantes afirmaron que la ética es una cualidad del carácter “sumamente importante” en el trabajo.[i] Business at OECD (BIAC) es una red global de empresas que cuenta con representantes de más de 7 millones de compañías de todos los tamaños

La ética debe presentarse de una manera profunda y reflexiva, de modo que pueda influir positivamente en las actitudes y comportamientos de nuestros alumnos. El Proyecto de Reflexión es una oportunidad orientada a la acción que promueve el aprendizaje de la ética centrado en el alumno e invita a realizar una reflexión personal crítica. Proporciona una base para el cambio de comportamiento ético a la que los alumnos podrán recurrir cuando tengan que tomar decisiones éticas, ya sea en el plano personal o profesional.

Scott Waters, un graduado del POP de 2016 que posteriormente se matriculó en un grado interdisciplinario en la Universidad de la Commonwealth de Vancouver, afirma:

“El hecho de completar el Proyecto de Reflexión de forma satisfactoria me ayudó a desarrollar la capacidad de pensar de manera independiente antes de empezar la universidad. Aunque tal vez al principio tuviera ideas preconcebidas sobre lo que está bien y lo que está mal, a través de mi investigación aprendí a valorar diferentes perspectivas”.

Y añade: “Estudiar ética en secundaria me enseñó el valor de ver las cuestiones globales y su impacto en la sociedad. Logré entender que, tanto en mi educación como en mi ámbito profesional, puedo tomar decisiones que beneficiarán a los demás”.

“La realización de un Proyecto de Reflexión sobre la profesión que elegí en secundaria me preparó para el éxito en la universidad. Aunque al final me especialicé en algo completamente diferente de lo que estudié en secundaria, sé que me preparó para las complejidades que entraña conocer una profesión y para identificar dónde podría aplicar mejor mis talentos”.

Charles Fadel, líder de pensamiento educativo y fundador del Center for Curriculum Redesign, coincide en que las disciplinas tradicionales no bastan para que los alumnos de hoy en día prosperen en un mundo en constante cambio. Explica que los educadores deben crear experiencias de aprendizaje que preparen a los alumnos para el cambio, y ayudarlos a desarrollar una comprensión más profunda de su postura ética y de cómo la van a usar en sus vidas.[i]

Al trabajar en el Proyecto de Reflexión, los alumnos reflexionan sobre las dimensiones morales de la toma de decisiones, esto es, sobre la dificultad de la acción moral que busca el equilibrio entre diversos valores e intereses. Las decisiones morales son difíciles y a menudo estarán entre las más importantes de nuestra vida. Para tomarlas, dependeremos casi exclusivamente de nuestras propias capacidades. El Proyecto de Reflexión aborda precisamente eso: no solo por la amplia variedad de habilidades que los alumnos pueden demostrar durante su realización, sino también por el metaaprendizaje, que presta atención a cómo reflexionamos y nos adaptamos, y pervive una vez terminada la experiencia.

La revisión del currículo del Proyecto de Reflexión que se está llevando a cabo servirá para desarrollar lo que funciona bien, identificar soluciones para las dificultades y explorar formas innovadoras de estimular el interés de los alumnos. Sin embargo, parece que ya tenemos buenas razones para creer que la atención a los dilemas éticos y la investigación en el ámbito profesional seguirán siendo una parte fundamental de la naturaleza de este componente troncal.

Si tiene interés en participar en la revisión del currículo del Proyecto de Reflexión, consulte la última edición de las Notas para coordinadores del Programa de Orientación Profesional.