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Cuatro maneras de encontrar una mentoría

Seerat Chawla, exalumna del Programa del Diploma (PD) nos da ideas para buscar mentores en la universidad. Este es su tercer artículo en la serie de historias de graduados.

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Por Seerat Chawla

Forjarse un camino propio en la educación superior y en lo profesional es visto a menudo como una empresa individual. Sin embargo, nadie lo hecho completamente solo. Las personas más exitosas utilizan los recursos a su alcance para aprender y desarrollar sus trayectorias. Las perspectivas únicas de quienes han estudiado el mismo programa, hecho las mismas prácticas u optado por la misma profesión, nos ayudan a informarnos para tomar mejores decisiones de cara al futuro, a detectar los posibles obstáculos y a saber evitarlos.

Desafortunadamente, se nos enseña a pedir ayuda solo en momentos de crisis. Sin embargo, las decisiones informadas se toman a partir de los conocimientos recabados de varias fuentes y no de una sola persona. A fin de evitar las crisis, es recomendable ampliar esas fuentes a través de mentorías, formales e informales. En el paso a mi segundo año en la universidad, he aprendido a valorar lo que ofrecen los mentores en todas las etapas de una trayectoria académica y profesional. Por eso me empeño en buscar mentorías cada vez que puedo. A continuación les presento algunos pasos que pueden dar para desarrollar una relación de mentoría que sea mutuamente provechosa.

1. Utilicen el listado de exalumnos de su universidad

“Al principio puede ser difícil iniciar conversaciones con exalumnos, pero es útil recordar que ellos estuvieron en su lugar en un momento dado”.

Los exalumnos suelen estar muy agradecidos con la comunidad universitaria que les ayudó durante sus estudios y, por tanto, es muy posible que estén disponibles para ser mentores comprometidos. Además, han avanzado más en sus carreras que los alumnos actuales, por lo que pueden ofrecerles una perspectiva más amplia y consejos específicos que les ayudarán, incluso, después de graduarse. Hay programas que ponen en contacto a alumnos con exalumnos mentores y les ayudan, tanto a unos como a otros, a alcanzar sus objetivos. Incluso si no hubiese un programa específico en su institución, encontrarán eventos que les darán la posibilidad de conocer a exalumnos y establecer contactos con posibles mentores. Les recomiendo encarecidamente que se inscriban en el centro para exalumnos de su universidad y que sigan de cerca su programación. Esta puede incluir desde mesas redondas hasta entrevistas de práctica con exalumnos. Al principio puede ser difícil iniciar conversaciones con exalumnos, pero es útil recordar que ellos estuvieron en su lugar en un momento dado y, por tanto, son más que capaces de brindarles apoyo en su carrera profesional o simplemente algunas palabras de aliento.

2. Pónganse en contacto con alumnos en grados superiores

Los grados superiores también son una fuente de mentores potenciales. Los alumnos de penúltimo y último año han vivido los primeros dos años de estudios universitarios y podrán ayudarles a elegir asignaturas y profesores, o hacer recomendaciones generales para su vida en la universidad. También suelen estar mejor calificados para dar consejos sobre asignaturas y programas específicos, ya que los han cursado más recientemente. Además, sé que muchos de aquellos con quienes he tenido la suerte de hablar están muy comprometidos con sus actividades extracurriculares, y estarían más que dispuestos a ponerles en contacto con clubes y organizaciones que fomentan el crecimiento personal o profesional. Estas mentorías pueden ser informales y tener lugar durante las clases o, incluso, en los pasillos de los dormitorios. Muchos clubes también ofrecen programas que pueden conectarles con otros miembros que pueden ser mentores y, además, tienen intereses y objetivos similares a los suyos.

3. Hablen con sus profesores o auxiliares docentes

“He aprendido a valorar lo que ofrecen mis mentores en todas las etapas de una trayectoria académica y profesional. Por eso me empeño en buscar mentorías cada vez que puedo”.

Este es quizás el paso más difícil, tanto para mí como para la mayoría de los alumnos del primer año de universidad. Sus profesores y auxiliares docentes tienen una gran cantidad de conocimientos y experiencia en la academia y en sus respectivos campos, por lo que son la mejor fuente directa de información para ayudarles con aquello que deseen desarrollar o aprender más en profundidad. Además, con el paso de los años, han conocido a un sinnúmero de alumnos, y pueden ayudarles en la planificación de sus carreras y darles consejos para que logren sus objetivos en áreas específicas. Les animo a que aprovechen los horarios de atención de sus profesores y auxiliares docentes para hacerles cualquier pregunta que tengan, ya que, si bien puede ser intimidante al principio, ellos disfrutan guiando a los alumnos y conociendo sus historias, más allá de las clases de Química o Historia.

4. Conozcan a sus compañeros e interactúen con ellos

Lo mejor de la educación superior es que se adapta a su ritmo de trabajo, sus necesidades y sus horarios. Cada alumno sigue su propia trayectoria y se encuentra en un punto distinto en un momento dado. Si hablan con sus compañeros, verán que pueden aprender de sus experiencias, aunque sigan caminos distintos o se encuentren en diferentes etapas de su trayectoria. Es posible que puedan darles información sobre recursos y oportunidades que les convengan. En mi caso, he aprendido muchísimo de mis amigos de las asignaturas de Teatro y Humanidades, a pesar de estar en distintas facultades y áreas profesionales. Más aún, conocer las trayectorias de otros nos enriquece como personas y nos permite valorar más la variedad de perspectivas, personalidades y habilidades que se pueden encontrar en la universidad. Siempre me asombro al recordar que tengo amigos que diseñan cohetes durante su tiempo libre, y que tengo otros que participan en competiciones de simulacros de juicio a nivel nacional.

“Estas mentorías pueden ser informales y tener lugar durante las clases o, incluso, en los pasillos de los dormitorios”.

Soy una alumna más bien introvertida e independiente, y establecer contactos es para mí una tarea algo abrumadora, pero las mentorías son para ambas partes involucradas una forma personalizada de mejorar, aprender y desarrollarse como individuos y profesionales. Estos pasos me han permitido establecer contactos muy valiosos en la universidad, que han sido a la vez recursos y amigos en cada trimestre. Las experiencias y la ayuda que he recibido a lo largo de este año y medio me motivan para ser mentora más adelante y contribuir a esta comunidad, ayudando a los nuevos alumnos a alcanzar sus objetivos y explotar al máximo sus capacidades.

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Seerat Chawla obtuvo el diploma del IB en el Quartz Hill High School en 2018. Ahora cursa el segundo año en la Universidad de California en Los Ángeles. Cuando no está en clase, trabaja en un laboratorio de investigación, participa en debates o explora la ciudad. Este año empezó a escribir para este blog como exalumna y espera seguir compartiendo sus experiencias como graduada reciente con sus compañeros del IB.

Para conocer mejor a los graduados del Programa del Diploma (PD), eche un vistazo a estas historias de los programas del IB. Si quiere compartir su historia como graduado del IB, escríbanos a alumni.relations@ibo.org. Agradecemos su contribución a las historias del IB y le invitamos a conectarse con nosotros a través de LinkedIn, Twitter y ahora también Instagram.

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