Hemos invitado a responsables de admisiones de algunas universidades a que nos hablen del IB desde su perspectiva. La directora de admisiones de la Universidad McGill, Kim Bartlett, entrevista a la experta del IB de la universidad, Karen J’bari.
Por Kim Bartlett 
En 1994, poco después de haber entrado a trabajar como directora adjunta del departamento de admisiones de la Universidad McGill, conocí a mi nueva colega Karen J’bari. Supe entonces que ella había trabajado como asistente de la secretaría de la universidad durante varios años. Mis dudas sobre cómo lograría enfrentar este desafío se disiparon con su calurosa bienvenida. Compartimos historias sobre nuestras familias, viajes y experiencias de trabajo. A pesar de ser naturalmente extrovertida, Karen me confesó que le tenía terror a hablar en público. Por suerte, eso no le impidió que solicitara y obtuviera el puesto de responsable de admisiones y selección de alumnos en mi unidad. Veinticinco años más tarde, ella es la responsable principal de admisiones de McGill, una oradora reconocida y una conferencista con mucha demanda en colegios de todo el mundo.
Karen forma parte de un impresionante grupo de profesionales del departamento de admisiones de la Universidad McGill, donde la diversidad de los alumnos solicitantes requiere que cada miembro del personal sepa evaluar numerosos tipos de currículos (alumnos con diplomas de la preparatoria quebequense, Abitur, el bachillerato francés, A-Levels, el IB, la educación en casa y los colegios de secundaria de Estados Unidos, entre muchos otros). Tenemos especialistas designados, principalmente responsables de admisiones con mucha experiencia, que supervisan la toma de decisiones sobre los tipos de currículos más comunes. Karen es la especialista del IB en McGill. Podríamos llamarla la “IBeja reina”.
Entrevisté a Karen para saber cómo se ganó este título y qué cualidades encuentra en los alumnos del IB.
Cuando empezó a trabajar en admisiones, ¿qué fue lo primero que la atrajo del IB y qué ha mantenido su interés?
Karen: Desde el principio valoré la integralidad del currículo del IB. Me gustaba que el programa tuviera altas expectativas para los jóvenes y pienso que eso los motiva a dar el máximo. Los alumnos del IB están acostumbrados a llevar una carga de trabajo exigente y trabajan duro. Deben dominar las matemáticas y las ciencias, así como la lengua y las ciencias sociales, y deben hacer servicio comunitario. No hay atajos en el IB. Siempre me encantó que fuera una titulación para gente que viaja o que tiene una perspectiva global.
Además de las características pedagógicas, también hay factores prácticos que me atraen. Como responsable de admisiones de una universidad canadiense selectiva, debo interpretar y evaluar miles de documentos académicos todos los años y tomar decisiones basadas en ellos. Una de las características prácticas del IB que valoro mucho es que, sin importar el origen del diploma, el programa tiene una estructura común con calificaciones previstas y finales. El proceso de evaluación externa del IB ha mantenido la inflación de calificaciones al mínimo, y es raro encontrar casos de fraude o trampa. Las calificaciones finales están disponibles en línea, lo que nos permitirá asignar créditos transferidos electrónicamente a partir del 2021. Así ahorraremos mucho tiempo.
Cuando se modifica o se crea un curso del IB, la organización es muy diligente para notificar a las universidades con antelación y responder a sus preguntas rápidamente. Luego, nos corresponde a nosotros hacer que el departamento adecuado (por ejemplo, el de Matemáticas o el de Ciencias) evalúe el currículo que haya sido modificado o creado. Este proceso puede tomar mucho tiempo, como fue el caso del nuevo currículo de Matemáticas. Si bien hay momentos de frustración, es muy importante que haya una buena comunicación entre los interesados (el IB, los colegios de educación secundaria y las instituciones de educación superior).
¿Convencería a un alumno de secundaria para que se matriculara en el Programa del Diploma del IB? ¿Qué ventajas podría resaltar del PD?
Karen: Esa pregunta tiene su trampa. No sería ético para mí recomendar un sistema educativo por encima de los demás. No hacemos eso y no nos interesa hacerlo. Aceptamos alumnos sobresalientes de distintos sistemas y no favoreceríamos a nadie.
Sin embargo, si el alumno ya estuviera matriculado en el Programa del Diploma del IB y se preguntara si todo su arduo trabajo valdrá la pena, le hablaría de las siguientes ventajas:
- El IB enseña a trabajar arduamente y a gestionar el tiempo, dos habilidades de supervivencia fundamentales en la universidad.
- El IB ayuda a sus alumnos a desarrollar una mente abierta y la curiosidad intelectual, lo que mejora su capacidad para aprender, resolver problemas y crear conexiones sociales esenciales en el contexto de los estudios de grado en McGill.
- En McGill, los alumnos del Programa del Diploma del IB que tengan calificaciones finales altas pueden solicitar la convalidación de hasta un año de estudios previos, lo que les permite ahorrar tiempo y dinero.
¿En qué medida trabaja de cerca con los asesores escolares de los Colegios del Mundo del IB?
Karen: He visitado colegios de educación secundaria en Europa, Estados Unidos y Canadá durante más de 15 años, y muchos de ellos imparten los programas del IB. Por supuesto, valoro el contacto directo con los alumnos potenciales, al igual que con los asesores escolares que he conocido en todo el mundo. He tenido la oportunidad de observar a algunos de los mejores y me han impresionado con su conocimiento de las universidades, su sentido de lo que es “adecuado” y su aptitud para comunicarse con los alumnos. Defienden sus causas sin ser pedigüeños.
En mi experiencia, los asesores escolares, incluidos los de los colegios que imparten el IB, son muy buenos y versátiles a la hora de establecer contactos y crear redes con sus colegas. Por supuesto, estas habilidades se fundamentan en los valores de los programas del IB. Estas redes son fundamentales para poder hacer mi trabajo con los estándares más altos, ya que las preguntas van en ambos sentidos. Por ejemplo, si tengo una pregunta sobre un alumno, es maravilloso poder enviar un mensaje de correo electrónico rápido e informal a mis colegas en la misma oficina, la misma ciudad o cualquier otra parte del mundo.
Una persona que trabaja ahora con el IB, Bob Poole, era uno de estos coordinadores que me impresionó bastante durante mis primeros años trabajando con colegios que imparten el IB. Cuando empecé a revisar solicitudes de alumnos del IB, él trabajaba en un colegio de Vancouver (Canadá). Su confianza en el IB era extremadamente contagiosa y aprendí mucho de su amplio conocimiento.
Karen J’bari es responsable de admisiones en la Universidad McGill de Montreal (Canadá).
Kim Bartlett es directora de admisiones de grado y posgrado en la Universidad McGill de Montreal. Actualmente, es miembro del Comité de Reconocimiento en Centros de Educación Superior.
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