Top Nav Breadcrumb - Spanish0

Abrir puertas virtuales durante el confinamiento

Nikki Doig es catedrática en la Universidad de Dundee en Escocia, donde presta apoyo a los alumnos del pregrado en Educación que cursan el programa del Certificado del IB para educadores de enseñanza y aprendizaje. En esta entrevista nos habla de sus puntos de vista sobre la coordinación de las prácticas virtuales con el International School of Como y la incorporación de técnicas propias de la enseñanza en línea en el aula presencial.

Nikki Doig is a lecturer in education at the University of Dundee in the School of Education and Social Work

Nos hemos comunicado con educadores, docentes en formación y colegios para conocer mejor las repercusiones que la pandemia de la COVID-19 (coronavirus) está teniendo en la educación. Encontrará otras perspectivas de esta serie aquí.

¿Cuáles fueron los desafíos del aprendizaje a distancia y de la realización de prácticas en línea?

Nikki Doig: Todos los años, los docentes en formación de la Universidad de Dundee que cursan el segundo año del programa del certificado del IB realizan una práctica de seis semanas en Colegios del Mundo del IB de todo el planeta. Este año, la pandemia de la COVID-19 (coronavirus) puso un fin repentino a todas las prácticas presenciales. Literalmente, nuestros alumnos ya tenían su equipaje listo (algunos incluso ya se encontraban viajando) cuando los colegios de todo el mundo comenzaron a cerrar. Fue algo surrealista. Algunos de ellos alcanzaron a llegar a Melbourne e incluso pasaron un día en el colegio, antes de que la universidad llamara de regreso a todos los alumnos y a los miembros de personal que se encontraban trabajando en el extranjero.

Así pues, las prácticas presenciales se cancelaron. Sin embargo, tras un breve y frenético intercambio de correos electrónicos, el International School of Como (ISC) nos abrió sus puertas virtuales. Desde la introducción, cinco años atrás, de un programa para obtener el certificado del IB en nuestro máster en Educación, el ISC ha sido uno de nuestros colegios asociados, y su comunidad escolar es un gran apoyo para nuestros alumnos, a quienes llaman el “Equipo Dundee”. De nuestros 16 docentes en formación que cursan el segundo año del programa del Certificado del IB, 13 realizaron prácticas virtuales. Tres de ellos no pudieron hacerlo debido a compromisos personales y, en su lugar, realizaron un estudio basado en fuentes bibliográficas.

Trabajé con Jane Whittle, directora de primaria del ISC y coordinadora del Programa de la Escuela Primaria (PEP), a fin de garantizar que nuestros futuros profesores tuvieran la oportunidad de profundizar debidamente en su aprendizaje para alcanzar los resultados del certificado del IB, sin sobrecargar a los alumnos y al personal del colegio, ya que ellos también estaban navegando en aguas virtuales desconocidas. Para lograrlo, las observaciones se centraron en dos clases del ISC (tercer y cuarto año) y en la preparación de la exposición del PEP correspondiente al sexto año. Una de las ventajas del aprendizaje a distancia fue que, de ser necesario, los 13 docentes en formación podían observar una misma clase, lo que, sencillamente, no sería posible en el mundo real. Esta oportunidad favoreció su aprendizaje y también reportó ventajas logísticas. En las prácticas presenciales, a nuestros docentes en formación se les asigna una clase propia con la que deben trabajar; sin embargo, la posibilidad de compartir la observación de clases por medio de las prácticas virtuales fomentó una discusión enriquecedora, en la que los futuros profesores analizaban sus reflexiones en conjunto todas las semanas a través de Internet.

“Observar las estrategias que los profesores del ISC empleaban para motivar a sus alumnos en línea ha sido una oportunidad de aprendizaje fantástica en lo concerniente a las habilidades comunicativas de los docentes en formación”.

La seguridad fue una consideración importante, tanto para nuestros docentes en formación como para sus alumnos. El ISC impartió las clases virtuales a través de la plataforma Zoom, y nuestros alumnos siempre accedieron a ella mediante el enlace que les enviaba el colegio; es decir, nunca crearon sus propias reuniones. Antes de comenzar las prácticas, volvimos a revisar todas las consideraciones relativas a la confidencialidad y el profesionalismo con el objeto de prepararnos para trabajar en cualquier institución que se nos asignara. También nos cercioramos de que la discusión abordara los comportamientos y las expectativas apropiados en un entorno virtual.

La instauración del confinamiento en el Reino Unido hizo que muchos de nuestros alumnos tuvieran que buscar el equilibrio entre sus estudios y sus compromisos personales y laborales. Durante las cuatro semanas, la distribución horaria de las clases semanales se compartió mediante Google Forms; de esta forma, se les dio flexibilidad para escoger las clases en las que participarían esa semana, de modo que pudieran compaginarlas con sus demás responsabilidades. Esto fomentó su agencia, pues también permitió que los docentes en formación adaptaran sus experiencias de aprendizaje según sus intereses y necesidades de aprendizaje individuales. Los futuros profesores observaron una serie de lecciones para desarrollar su comprensión de la continuidad y progresión del aprendizaje, ofrecieron su asesoría para la exposición del PEP, prestaron apoyo a los alumnos y dirigieron actividades de aprendizaje en línea. El International School of Como promovió la participación de nuestros alumnos en las reuniones del personal y las sesiones de planificación colaborativa, lo que los ayudó a comprender las políticas y prácticas actuales del IB en mayor profundidad.

¿Cómo piensa implementar los resultados del aprendizaje virtual en su currículo habitual?

La organización de estas prácticas virtuales avanzó con bastante rapidez y nuestros alumnos respondieron con una actitud muy flexible, una muy buena disposición y un compromiso serio con su educación continua. Durante los tutoriales y en las reflexiones finales de los docentes en formación, resulta evidente el impacto positivo que tuvo esta experiencia, a pesar de la aprensión inicial que algunos de ellos manifestaron al tener que colaborar con un colegio desconocido a través de una plataforma desconocida. Será interesante investigar cómo podríamos aprovechar las oportunidades de realizar observaciones virtuales en el mundo posterior a la pandemia de la COVID-19, para mejorar la experiencia de nuestros docentes en formación y ayudarlos a desarrollar su comprensión crítica de la práctica docente.

“Me gustaría estudiar qué oportunidades podríamos crear para que sea más fácil compartir las observaciones en línea”.

Uno de los tantos beneficios ha sido la oportunidad de que nuestros alumnos enseñen y reflexionen juntos. Dado que en Escocia hay solo dos colegios que imparten el PEP, es imprescindible obtener prácticas internacionales; esto significa que, si bien es posible que varios de nuestros alumnos sean asignados al mismo colegio, otros podrían trabajar solos en el suyo. Me gustaría estudiar qué oportunidades podríamos crear para que sea más fácil compartir las observaciones en línea. Es posible que, en el futuro, los alumnos trabajen de manera más colaborativa en espacios virtuales mientras realizan sus prácticas presenciales y que esto les ayude a sentirse que están más conectados y que forman parte de una comunidad.

También me encantaría explorar el potencial del módulo del IB que realizamos en la universidad antes de asignar las prácticas. ¿Sería posible realizar una observación a distancia de la clase, con su respectivo análisis? La práctica virtual funcionó porque el ISC también operaba completamente en línea. ¿Sería posible filmar una clase presencial y transmitirla en línea para que nuestros alumnos la observen? Se debe analizar cuidadosamente la logística para poder hacerlo. ¿Cómo se filmaría una clase de manera que se capten todas sus sutilezas? ¿Qué hay del consentimiento de los alumnos y de sus padres? Hay muchas cuestiones en qué pensar, y me encantaría ponerme en contacto con otros formadores de profesores que ya consideren estos aspectos en su práctica docente.

¿Cuán preparados cree que están sus alumnos para abordar la enseñanza presencial después de la pandemia de la COVID-19?

Aunque Europa fue, en gran medida, la “zona de impacto” de la crisis de la COVID-19, la generosidad del ISC y su apoyo a nuestros alumnos nos han impresionado profundamente. Gracias a ellos, nuestros docentes en formación no solo han logrado seguir desarrollando sus conocimientos, comprensión y habilidades docentes en relación con el currículo del PEP del IB, sino que también han podido aprender qué han hecho algunos colegios para adaptar sus prácticas en respuesta al contexto actual.

Durante la práctica virtual, los alumnos reflexionaron sobre las ventajas de la enseñanza y el aprendizaje en línea y analizaron algunas de sus dificultades. Están muy bien preparados y tienen muchos deseos de aplicar lo aprendido en sus clases presenciales el próximo año.

Aún no sabemos lo que el futuro les deparará a nuestros colegios. Sospecho que muchos de ellos procurarán implementar un enfoque mixto, al menos en el corto plazo. Las prácticas virtuales han ofrecido a los alumnos del certificado del IB una magnífica introducción a la pedagogía en línea, así como la oportunidad de reflexionar sobre los obstáculos que existen para crear un entorno de aprendizaje en línea atractivo para los alumnos y de buscar formas de resolver estos problemas.

Esperamos que este grupo de docentes en formación pueda realizar prácticas presenciales del IB al final de su tercer año, lo que dependerá de las directrices que se impartan sobre la COVID-19. Sus prácticas virtuales les han dado las herramientas para comenzar con una base mucho más sólida en lo que respecta a su comprensión de la filosofía y la pedagogía del PEP. Sin embargo, antes de que esto suceda, nuestros alumnos realizarán prácticas en cursos para la primera infancia en colegios de primaria de Escocia que imparten el currículo tradicional. Observar las estrategias que los profesores del ISC empleaban para motivar a sus alumnos en línea ha sido una oportunidad de aprendizaje fantástica en lo concerniente a las habilidades comunicativas de los docentes en formación. Esto será un gran apoyo para sus clases presenciales cuando trabajen con alumnos pequeños.

¿Qué aconsejaría a otros formadores de profesores que necesitan captar la atención de los docentes en formación y prepararlos para impartir clases virtuales en el aula?

Al impartir clases virtuales, es muy importante estar atentos a la carga de trabajo de los alumnos. Al principio, a menudo solía decirles “Miren esto” o “Lean aquello”, y les indicaba una larga serie de fuentes y recursos en línea. Esto puede agobiar rápidamente a los alumnos, en especial cuando tienen que prestar atención a varios módulos a la vez y se están familiarizando con nuevas plataformas virtuales. Es necesario no perder de vista los resultados clave del aprendizaje y reflexionar sobre la mejor manera de ayudar a los alumnos para alcanzarlos.

“La flexibilidad es importante, aunque a menudo cuesta lograrla cuando se trabaja con un calendario universitario rígido”.

Otro aspecto que debe considerarse es el tiempo. Tomar cuatro horas de clases en la sede, con descansos, el almuerzo, un café o una caminata corta en los intermedios es muy diferente a impartir cuatro horas seguidas de aprendizaje en línea. Es imposible reproducir lo que harías en persona en un espacio virtual, y no deberías pretender hacerlo. Hay que considerar la posibilidad de fragmentar la enseñanza mucho más de lo que se haría normalmente. Por ejemplo, se puede hacer que la clase lea un artículo o mire un video y, posteriormente, que entable una discusión de 20 minutos en torno a ellos. A continuación, se puede tomar un descanso de cinco minutos y, después, 20 minutos de enseñanza directa. Luego otro descanso, tras lo cual se entablará la discusión final, se realizará una sesión plenaria y se indicarán los pasos siguientes.

Es necesario conversar con los alumnos, y preguntarles qué les resulta más provechoso. La flexibilidad es importante, aunque a menudo cuesta lograrla cuando se trabaja con un calendario universitario rígido

Si bien este año nuestros alumnos realizaron prácticas virtuales, no las percibieron como un “aprendizaje a distancia”. De hecho, lograron integrarse como comunidad de aprendizaje de una manera mucho más profunda que si hubieran realizado sus prácticas presenciales. Si había dudas, se enviaban por correo electrónico o se compartían a través de nuestra plataforma de Microsoft Teams. Si necesitábamos reunirnos, lo hacíamos, sin las restricciones anteriores relacionadas con el hecho de acordar una hora y buscar un lugar. Naturalmente, estas tecnologías existían antes del confinamiento debido a la COVID-19, pero su adopción masiva durante este período ha permitido que nos mantengamos conectados aunque estemos distanciados físicamente. La forma de enseñar dependerá mucho de la plataforma que se emplee, pero, cualquiera que esta sea, hay que tratar que la comunicación sea el elemento central. Cuando las personas trabajan a distancia, sin interactuar con los demás en la medida en que lo harían normalmente, la comunicación adquiere mayor importancia que nunca.

nikki 600

Nikki Doig es catedrática de Educación en la Facultad de Educación y Trabajo Social de la Universidad de Dundee.

Para obtener un Certificado del IB de enseñanza-aprendizaje o de prácticas directivas, matricúlese en uno de los programas de estudios que ofrecen las universidades aprobadas por el IB.

¿Le gustaría obtener más información sobre cómo un máster en Educación puede ayudarle a forjar su carrera profesional? Descubra cómo la asociación del IB con la Universidad del Pueblo puede ayudarle a financiar su educación y ofrecerle valiosas oportunidades de desarrollo profesional aquí.

Si le gustó esta historia, le recomendamos las siguientes: