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Los alumnos/as del Bachillerato Internacional de todo el mundo marcan una enorme diferencia en sus comunidades al aplicar lo que han aprendido en el aula y fuera de ella. La naturaleza de los programas del IB anima a las personas jóvenes a ser conscientes de los problemas locales y globales, así como a tratar de resolverlos de manera innovadora.
Un ejemplo de ello es Sahib Kaur, una estudiante de 18 años del Programa del Diploma de Texas que identificó un problema con la alfabetización digital en su comunidad local y decidió tomar acción. Creó SARBAT (Sustaining and Replenishing Better Access to Technology), una organización sin ánimo de lucro que ofrece clases gratuitas sobre tecnología a personas refugiadas, consiguió financiación a través de la Beca Siva Kumari para alumnos innovadores del PAI y amplió su organización reclutando a sus compañeros/as de clase como voluntarios.
En noviembre de 2022, en reconocimiento a su arduo trabajo, recibió el Premio del Presidente de los Estados Unidos al Servicio de Voluntariado y el Consejo de Asuntos Mundiales la incluyó en la lista de las 20 personalidades menores de 20 años de Dallas Fort Worth. Conversamos con Sahib sobre sus logros y sus planes para el futuro.
¿Puede hablarnos de su organización y el voluntariado?
Me di cuenta de que la brecha digital era un problema en mi comunidad. Como hija de inmigrantes, fui testigo de la difícil situación de quienes llegaban a Estados Unidos en busca de una vida mejor, pero no sabían utilizar la tecnología. Esto repercutía de forma negativa en sus trayectorias educativas y en sus posibilidades profesionales.
Al reconocer este problema, fundé SARBAT, una organización sin fines de lucro que ofrece clases gratuitas de alfabetización digital. Solicité financiación a través de la Beca Siva Kumari para alumnos innovadores del PAI, lo que me permitió promover la alfabetización digital en mi comunidad.
Para comenzar a impartir clases, me puse en contacto con las personas refugiadas de mi comunidad. Muchas personas afganas habían llegado a mi comunidad local como refugiadas debido a la caída del gobierno afgano en 2021 y estaban entusiasmadas con la oportunidad de adquirir habilidades digitales. Para ampliar el equipo de voluntarios/as de SARBAT, creé una delegación en mi colegio y animé a mis compañeros/as de clase a organizar campañas de donación, visitar a familias refugiadas y diseñar currículos para las clases. Impartíamos clases a personas refugiadas para ayudarles a acostumbrarse al entorno laboral y académico del país. Keemya, una amiga mía, se convirtió en traductora de persa para familias refugiadas afganas. La experiencia más memorable que tuvimos fue enseñar a dos alumnas afganas. Su padre, excombatiente de la Alianza del Norte, estaba entusiasmado con esta oportunidad para ellas. Las chicas, que asistían a un colegio estadounidense, no podían realizar los trabajos de clase porque no sabían completar las tareas en línea. Keemya y yo les enseñamos a crearse una cuenta de Google, a usar Google Docs, a subir archivos e incluso algunas frases básicas en inglés.
Por este trabajo, tuve el honor de recibir el Premio del Presidente de los Estados Unidos al Servicio de Voluntariado y el Consejo de Asuntos Mundiales de Dallas/Fort Worth me incluyó en su lista de las 20 personalidades menores de 20 años.
¿Qué otras oportunidades ha tenido durante sus estudios?
El IB realmente anima al alumnado a aplicar los conocimientos que adquiere en el aula para comprometerse con su comunidad. He tenido un sinfín de oportunidades que me han animado a involucrarme activamente con los problemas que he visto en el mundo a fin de promover un cambio. Esto me ha demostrado que tengo el poder para generar cambios. El IB también fomenta el trabajo práctico basado en proyectos, que me ayudó a adquirir las habilidades de liderazgo que utilizo para llevar a cabo iniciativas de servicio.
Lo más valioso es que aprendí la importancia de ser una ciudadana global. Gracias a los trabajos y los debates de clase, estoy al tanto de los problemas que aquejan a nuestro mundo en la actualidad. Para el Proyecto Personal del 10.º año del PAI, aproveché la oportunidad de trabajar en una cuestión global pertinente. En respuesta al atentado terrorista de 2020 contra un gurdwara (lugar de culto sij) en Kabul (Afganistán), entrevisté a sijes afganos e hindúes de Afganistán, el Reino Unido y la India en busca de un cambio. Visité lugares de culto y emisoras de radio para crear conciencia sobre las minorías afganas. Como resultado, 200 personas enviaron cartas a senadores/as y representantes abogando por que les otorgaran el estado de personas refugiadas a los hindúes y sijes afganos.
United Sikhs, una organización sin fines de lucro afiliada a las Naciones Unidas, me invitó a presentar mi investigación en un seminario web en la Universidad Punjabi. Gracias al alcance mundial del seminario web, me invitaron a colaborar con la organización afgana Porsesh Research and Studies Organization para asesorarles sobre las futuras publicaciones.
¿Qué consejo daría al alumnado y a las familias que se plantean si participar en los programas del IB?
Recomiendo encarecidamente a los alumnos/as y a sus familias que consideren el IB. Por mi experiencia habiendo completado el Programa de la Escuela Primaria, el Programa de los Años Intermedios y actualmente cursando el Programa del Diploma, puedo asegurar que el IB ha tenido un impacto positivo en mi forma de aprender y de relacionarme con mi entorno. Mi aspecto favorito es que mis docentes utilizan acontecimientos globales para demostrar la pertinencia del currículo. Uno de mis cursos favoritos es Teoría del Conocimiento (TdC), que responde una pregunta fundamental: ¿Cómo sabemos lo que sabemos? Me gusta participar en debates sobre temas importantes donde puedo compartir mis perspectivas y aprender de las de mis compañeros/as.
El IB me ha convertido en una líder y en una ciudadana global. Además, me ha enseñado a pensar de forma analítica.
¿Qué le gustaría hacer en el futuro?
Me interesa la búsqueda de la equidad para las personas desfavorecidas, y me gustaría seguir desarrollando ese interés a través de una carrera en las áreas de medicina y política. A medida que el mundo se recupera de la pandemia, la relación entre la política y la acción nunca ha sido tan evidente. Me gustaría ser médica y legisladora, y algún día quisiera llegar a ser la directora general de Sanidad de los Estados Unidos. También aspiro a seguir desarrollando mi pasión por el servicio comunitario llevando a cabo iniciativas como SARBAT.