Desarrollo de habilidades de investigación mediante una indagación auténtica

Un aprendizaje liderado por el alumnado

A menudo, como docentes, nos perdemos en una lista interminable de cosas que hacer y contenidos curriculares que abarcar, los cuales intentamos compaginar con los acontecimientos diarios del colegio. ¿Qué sucedería, en cambio, si nos diéramos flexibilidad y permiso para saborear y explorar las preguntas y los hallazgos cotidianos de nuestro alumnado? ¿Qué pasaría si nos detuviéramos, escucháramos, observáramos y utilizáramos sus pasiones y descubrimientos fortuitos como punto de partida?

Captar los momentos de aprendizaje

Durante nuestra unidad de indagación sobre “cómo compartimos el planeta”, hemos estado investigando cómo sobreviven los seres vivos. Nuestros alumnos y alumnas participaron con entusiasmo en las clases, en las que analizaron las características de los animales y su entorno.

Un día, un alumno vio una rana en el patio y la agarró. Naturalmente, le podría haber pedido que la devolviera a su sitio y seguir adelante con nuestro día. Podría haberle explicado la importancia de dejar la rana en su hábitat o haberle advertido de los gérmenes que esta podría tener. Sin embargo, me detuve un segundo. Miré su expresión, escuché a los niños y niñas a su alrededor, su asombro, sus preguntas, su puro deleite; y me di cuenta de que era en momentos como ese cuando más les podía enseñar. Esos son los momentos que mis alumnos y alumnas recordarán por muchos años. Así que buscamos un recipiente, metimos la rana en él y les pregunté qué querían hacer con ella. Con entusiasmo, me plantearon sus ideas y, a continuación, en parejas, fueron a buscar cosas que la rana iba a necesitar para sobrevivir. Yo observaba mientras exploraban su entorno y aplicaban lo que habíamos aprendido en clase. ¿No es eso lo que queremos, como docentes, que nuestro alumnado use y aplique lo que le enseñamos?

Enfoques del aprendizaje en acción: habilidades de investigación

Después, en grupo, hablamos de las necesidades de la rana y recurrimos a los conocimientos que ya teníamos para decidir qué necesitaba la rana para sobrevivir. Descubrí que mi clase tenía más preguntas que respuestas, de modo que registramos nuestras preguntas usando diferentes enunciados y analizamos de qué forma podíamos encontrar respuestas al realizar nuestra investigación.

Fuimos a la biblioteca para buscar libros y utilizamos una variedad de aplicaciones para iPad, como Epic! y Big Universe, para encontrar información.

Cada alumno/a registró una pregunta sobre la rana, leyeron libros y miraron videos para obtener información. Dibujaron y escribieron en pizarras toda la información que consideraban útil. A continuación, organizaron y crearon un trabajo con sus preguntas y respuestas. Por último, compartieron sus hallazgos con el resto de la clase para que todos/as aprendiéramos más sobre las ranas y los sapos.

La acción auténtica

Cuando llegó el momento de jugar de nuevo, una gran parte de los niños/as se acercaron a mí mostrando preocupación por la rana. Para sobrevivir debía volver a su hábitat. Debíamos soltarla. Tuvimos otra reunión de clase y decidimos que debíamos devolver la rana al sitio donde la encontramos. Por supuesto, no podíamos hacer esto sin darle un nombre antes. Así que, tras una rápida votación en grupo, la rana Herbert y la clase volvieron al patio, y allí Herbert fue reintegrado en su hábitat.

Reflexión

Cuando el grupo se marchó a casa esa tarde, me senté y reflexioné sobre el día. Me pregunté si había completado la tarea de redacción que había planeado. No. ¿Había completado la lección que había planeado sobre los textos no ficcionales? No. En cambio, lo que habíamos hecho incluía mucho más de lo que había planeado. Los alumnos/as habían planteado preguntas, investigado y usado de forma auténtica textos no ficcionales para buscar información. Escribieron para compartir sus conocimientos y le dieron sentido a todo su aprendizaje para establecer conexiones auténticas y crear recuerdos para toda la vida.

Les di permiso para indagar, y para ello tuve que darme permiso también a mí misma para abandonar mi plan y seguir sus pasos.

Les animo a escuchar sus preguntas con atención, a observar cómo juegan, cuáles son sus intereses. ¿Qué se cuestionan? Si nos damos permiso para seguir sus pasos, podemos acabar enseñando de una forma más auténtica y transdisciplinaria de lo que habíamos imaginado. Dejémosles establecer conexiones, indagar, divertirse, y vivir su infancia.

Emma Sandford es docente de preparación del PEP en el Australian International School de Singapur. Cuenta con una amplia experiencia como maestra del PEP y le apasiona alimentar la curiosidad de su alumnado y animarle a participar en una variedad de experiencias de aprendizaje abiertas y basadas en la indagación, de modo que cada niño/a pueda alcanzar su máximo potencial. En su práctica docente, ofrece oportunidades para ayudar a su alumnado a cuestionar, plantear preguntas y emprender acciones. Además, les anima a actuar con amabilidad y respeto al tomar decisiones como ciudadanos/as globales bien informados.