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Cómo cambia la vida el diploma del IB

Hemos invitado a un grupo de graduados del Programa del Diploma a que reflexionen sobre cómo ha sido su vida después de su etapa en el IB y den su opinión sobre temas de su elección. Kristin Waites es una de las autoras colaboradoras del grupo de exalumnos de este año.

Contribución de Kristin Waites

Kristin Waites se graduó en la Universidad Baylor y obtuvo el diploma del IB en el Garland High School

Kristin Waites se graduó en la Universidad Baylor y obtuvo el diploma del IB en el Garland High School

Ahora que me he graduado en la universidad y tengo perspectivas laborales, me resulta extraño pensar que no volveré a un centro a estudiar próximamente. La educación forma parte de mí. Ha definido mi vida de muchas maneras que jamás creí posibles, y mi diploma del IB ha sido una gran parte de todo ello. No solo ha influido en la forma en que veo mi paso por el colegio: el IB también ha cambiado mi forma de vivir. Ahora que ya no soy estudiante, me resulta más difícil ver, pero espero que se sientan identificados con mi reflexión, ya sean graduados del IB, se estén preparando para los exámenes o simplemente estén intentando decidir si están en el camino correcto.

El IB nos hace sentir ciudadanos del mundo

Crecí en un barrio pequeño de una gran ciudad. Tuve una infancia completamente normal, por lo que podría haber aspirado a una vida adulta igualmente normal. Sin embargo, salí del colegio con algo más que conocimientos: la capacidad de apreciar culturas diferentes de la mía. Dicha capacidad ha influido en mis experiencias vitales de muchas formas, particularmente a la hora de explorar mi perspectiva de la tolerancia, la religión e incluso la amistad.

Este sentimiento de pertenencia al mundo es lo que me anima a viajar, y no solo para hacer turismo. Me invita a conocer otras culturas e integrarme en ellas al máximo. Es uno de los atributos más importantes de mi personalidad y lo desarrollé gracias a las experiencias que me brindó la exposición a una actitud tan abierta con respecto al mundo.

El IB estimula nuestra curiosidad

El deseo de aprender que se cultiva en las clases del IB nunca desaparece, y creo que es probablemente el resultado más valioso de mi etapa educativa. En las clases del IB me animaban a plantear preguntas, a dudar y a pensar. No solo me enseñaron contenidos; también me enseñaron a aprender y eso es algo que me ha acompañado durante toda mi educación y después de ella. Es posible que ya no sea estudiante, pero eso no significa que no pueda seguir aprendiendo y planteando preguntas (cosa que hago con frecuencia, como sabe todo aquel que me conoce).

El IB nos enseña a salir de nuestra zona de confort

Antes de empezar con mis clases en el IB, jamás me habría imaginado hablando en una clase de Teoría del Conocimiento (TdC) y contándole a todo el mundo mis pensamientos. Sencillamente, era algo que no me hacía sentir cómoda y no pensaba que fuera a cambiar. Pero gracias a mis fantásticos profesores y mentores, me motivé para llegar más lejos de lo que creía posible. Y eso no solo me hace ser mejor alumna, sino también mejor persona.


Kristin Waites se ha graduado recientemente en Escritura profesional en la Universidad Baylor. Obtuvo el diploma del IB en el Garland High School (EE. UU.) en 2012. Kristin está aplicando sus conocimientos para desarrollar una carrera en el sector editorial y espera que su artículo ayude a otros graduados del IB a dedicarse también a lo que les gusta.