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“Un buen libro en el momento adecuado puede cambiarnos la vida”

La bibliotecaria de un colegio español combina la biblioterapia y la conciencia plena para ayudar a fomentar discusiones significativas en torno a las emociones y los sentimientos entre los alumnos y sus padres, según ha investigado la revista IB World

No es ningún secreto que la conciencia plena en la educación es una herramienta de eficacia demostrada para el aprendizaje social y emocional. Los ejercicios de conciencia plena, que nos invitan a concentrarnos en lo que sucede en el momento sin juzgarlo, mejoran la concentración y la empatía, y reducen la ansiedad y el estrés, según indican diversos estudios. Sin embargo, los colegios han ido un paso más allá y están combinando la conciencia plena con la lectura, con unos resultados excepcionales.

La biblioterapia fomenta la lectura por su efecto terapéutico. No es nada nuevo, pero se utiliza como una terapia eficaz en muchos lugares del mundo: desde cursos de literatura para reclusos hasta grupos de lectura para ancianos con demencia.

Los resultados demuestran que, literalmente, la lectura es buena, ya que agudiza el pensamiento analítico y mejora la empatía. Por ejemplo, gracias a la lectura de Harry Potter, los jóvenes del Reino Unido e Italia se muestran más receptivos a minorías estigmatizadas tales como los refugiados, según revela un estudio.

Un Colegio del Mundo del IB de España ofrece talleres a los alumnos del Programa de la Escuela Primaria (PEP) y sus padres, en los que se combina la biblioterapia con técnicas de conciencia plena. El Colegio de San Francisco de Paula utiliza libros e historias para crear un espacio seguro en el que los padres y cuidadores pueden explorar sentimientos, preocupaciones, comportamientos y situaciones difíciles con los niños.

La bibliotecaria Marie Curtis, quien se encarga de impartir los talleres, explica: “Cada vez hay más pruebas que demuestran los beneficios de la conciencia plena con respecto a diversas habilidades cognitivas y socioemocionales. Por ejemplo, mejora la atención y la concentración, el control de las emociones, el comportamiento en el colegio, las habilidades sociales, la empatía y la comprensión de otras perspectivas. También hay pruebas sólidas de que la lectura de obras literarias ayuda a desarrollar las habilidades sociales, al ejercitar y desarrollar la parte del cerebro asociada con los sentimientos de empatía”.

Explorar las emociones y los sentimientos

Después de leer la obra The Novel Cure: An A-Z of Literary Remedies, de las biblioterapeutas Ella Berthoud y Susan Elderkin, Curtis se animó a integrar la biblioterapia en los ejercicios de conciencia plena que se practicaban en el Colegio de San Francisco de Paula.

“El libro está dirigido a un público adulto y presenta una fusión de sugerencias prácticas y humorísticas, en las que destaca la firme convicción de que un buen libro en el momento adecuado puede cambiarnos la vida”.

Durante las sesiones, los niños y sus padres exploran cómo pueden utilizar la respiración para tranquilizarse y relajarse. Practican diferentes ejercicios, como “movimientos de reflejo”, “abrazos conscientes” y “alimentación consciente”, que dirigen la atención al momento presente y ayudan a los participantes a ser plenamente conscientes de sus movimientos y acciones.

Entre un ejercicio y otro, Curtis lee relatos en voz alta con los niños, les va formulando preguntas y explora con ellos las cuestiones que van surgiendo en el relato. Así, enseña a los padres cómo pueden utilizar los relatos para iniciar conversaciones con sus hijos.

Curtis explica: “Por ejemplo, el libro de Molly Bang, ayudó a los niños a hablar sobre sus emociones, y los animó a identificar y validar sus sentimientos, y a darse cuenta de que otros niños pueden tener los mismos problemas. Pudimos fomentar el diálogo y explorar posibles soluciones para los problemas”.

“Además de ser una excelente estrategia para hablar de problemas y emociones, leer historias a los niños en voz alta a una edad en la que ya saben leer tiene muchos beneficios; por ejemplo, mejora la capacidad de lectura y permite a los niños entrar en contacto con historias más complejas que quizás no pudieran leer solos”.

Los resultados han tenido un impacto más amplio en los alumnos, según las observaciones de la maestra del PEP Katie Fitzgerald. Los alumnos controlan sus emociones más eficazmente, no tienen tanto miedo de cometer errores, pues centran su atención en el proceso antes que en el producto final, y gestionan mejor los conflictos cuando trabajan en equipo.

“Los maestros del PEP a menudo piden libros e historias que puedan utilizar en el aula para hablar de cuestiones concretas, como la falta de amabilidad entre alumnos. Los niños pueden reflexionar sobre sus acciones y cómo estas afectan a los demás. Así se crea un sentido de comunidad en el aula”.

Actualmente, las sesiones tienen lugar pocas veces al año. Aunque Curtis está dispuesta a impartir talleres con más regularidad, afirma que las sesiones actuales presentan eficazmente técnicas y herramientas útiles a los alumnos y sus padres, y fomentan una práctica regular en casa.

La participación de los padres es fundamental. Además de reforzar el aprendizaje, les brinda la oportunidad de forjar relaciones más sólidas con sus hijos, según afirma Curtis. “Los padres pueden aprender a estar completamente presentes en el momento en el que leen una historia con sus hijos, en lugar de distraerse con las preocupaciones y tensiones del día a día”, señala.

Beneficios más allá del PEP

Hay pruebas anecdóticas en colegios y foros de alumnos en línea que sugieren que la carga de trabajo del Programa del Diploma (PD) puede ser demasiado exigente. Aunque muchos Colegios del Mundo del IB practican la conciencia plena con los alumnos del PD, Curtis cree que la incorporación de la biblioterapia puede ayudar aún más a los alumnos a lidiar con sus presiones. “Estas técnicas animan a los alumnos a explorar hábitos saludables y mecanismos de gestión”, señala.

Pero también hay beneficios para los adultos. Muchas fuentes afirman que la biblioterapia puede ayudar a combatir la ansiedad y la depresión. En 2013 se anunció en el Reino Unido que los médicos estaban planteándose sustituir las consultas con pacientes depresivos por la recomendación de leer libros para levantar el ánimo.

En la era de las redes sociales y la realidad virtual, no se puede subestimar el poder de los libros y la lectura. Las novelas invitan a los lectores a sumergirse en otro mundo, y les ofrecen temas de autorreflexión, nuevas ideas e inspiración. “Como bibliotecaria, es una práctica que me gustaría ver más a menudo, y si se realiza de manera consciente, mejor que mejor”, afirma Curtis.

¿Desea iniciar un taller de biblioterapia y conciencia plena en su colegio?

Marie Curtis recomienda los siguientes recursos como orientación para empezar…

  • Sitting still like a frog , de Eline Snel
  • Growing up mindful, de Christopher Willard
  • Smiling Mind (https://smilingmind.com.au/), una organización australiana sin fines de lucro
  • The Story Cure: An A-Z of Books to Keep Kids Happy, Healthy and Wise, de Ella Berthoud y Susan Elderkin
  • Teaching with story, de Margaret Read MacDonald, Jennifer MacDonald Whitman y Nathaniel Forrest Whitman

“Las técnicas no requieren mucha experiencia; basta con una buena disposición para experimentar e interés por las historias y la lectura”, añade Curtis.