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La educación como vía de escape: capacitación docente en los campos de refugiados

El Colegio del Mundo del IB más antiguo de África está enviando a educadores voluntarios para ayudar a los docentes del campo de refugiados de Kakuma a completar la primera etapa de su proceso de capacitación.


Contribución de Florence Larpent

El campo de refugiados de Kakuma (Kenia) aloja a 183.543 personas, en su mayoría niños en edad escolar. Allí, cada profesor puede tener a su cargo hasta 200 alumnos a la vez, y la educación es la única vía de escape. El campo de refugiados se creó en 1992 para quienes huían del conflicto de Sudán, Etiopía y Somalia. Desde entonces, ha crecido hasta casi cuadruplicar su capacidad prevista de 58.000 personas, y necesita docentes cualificados para enseñar al creciente número de niños refugiados.

En respuesta a esta crisis, se ha creado un programa de capacitación docente, mediante una plataforma de aprendizaje combinado en línea, para formar a nuevos profesores de secundaria en el campo de refugiados de Kakuma. El programa de capacitación es una iniciativa conjunta del International School of Moshi (ISM), la Universidad de Ciencias Aplicadas de Utrecht, Windle Trust, Xavier Projects, ACNUR, la UNESCO y la Universidad Moi de Nairobi.

Como docente del International School Moshi (Tanzania), me preocupa especialmente la crisis educativa que están sufriendo los campos de refugiados de África oriental, como el de Kakuma. Junto con otros docentes del ISM, ejerzo de mentora voluntaria en el programa de capacitación docente para ayudar a los educadores del campo de refugiados a completar la primera etapa de su proceso de capacitación. Les proporciono orientación durante un curso en línea de cuatro meses, que ofrece una introducción a las técnicas pedagógicas, la gestión del aula, y el bienestar de los alumnos y del personal. Además de la pedagogía habitual, también hay módulos específicos para abordar los desafíos que plantea la enseñanza a alumnos refugiados (uno de ellos, por ejemplo, se centra en cómo tratar con alumnos que han sufrido traumas). Aparte de la mentoría en línea, hay oportunidades para ofrecer talleres de capacitación presenciales en el campo de refugiados de Kakuma.

Como cualquier Colegio del Mundo del IB, animamos a los alumnos, a los padres y al personal a que adopten una actitud solidaria (uno de los diez atributos del perfil de la comunidad de aprendizaje) y se comprometan a ayudar a la comunidad y actuar con el propósito de influir positivamente en la vida de las personas y el mundo a nuestro alrededor. El proyecto de capacitación docente es un ejemplo de cómo los principios del IB cobran vida no solo en nuestro colegio, sino también en una comunidad más amplia, lo que demuestra a nuestros alumnos que esos principios persisten hasta mucho después de terminar el colegio y se integran en nuestra vida cotidiana.

Gareth Jacobson, director de primaria del IS Moshi (sede de Arusha), visita el campo de refugiados de Kakuma.
Fotografía cortesía del IS Moshi.

El ISM espera poder ampliar este proyecto mediante la oferta de becas que permitan a los alumnos refugiados estudiar el Programa del Diploma (PD) con la African Leadership Scholarship. Si la iniciativa sale adelante, podremos ofrecer el PD a alumnos refugiados que destaquen y demuestren las aptitudes de liderazgo necesarias para garantizar un futuro más pacífico en su comunidad y su país una vez finalizados sus estudios.


Florence Larpent es la coordinadora del PAI del International School Moshi (sede de Arusha), el Colegio del Mundo del IB más antiguo de África, situado a los pies del Kilimanjaro, la montaña más alta del continente. El ISM es un colegio innovador en pleno proceso de convertirse en miembro de United World College (UWC). Después de Suazilandia, será el segundo colegio de África en representar los valores de paz y entendimiento cultural de UWC.

Obtenga más información sobre el trabajo del IB en la región en ibo.org/Africa (página disponible únicamente en inglés).