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Del aprendizaje superficial al aprendizaje profundo: la importancia del conocimiento

Michael Hughes, coordinador del PEP, del Seisen International School (Japón)

El artículo ilustra cómo el uso de la taxonomía de la estructura de los resultados del aprendizaje observados posibilitó a nuestro alumnado avanzar de un pensamiento superficial a un pensamiento profundo.

De los cinco elementos esenciales del PEP, ¿hay alguno que se suela pasar por alto a la hora de planificar unidades de indagación?

El planificador nos invita a pensar explícitamente en términos de actitudes, habilidades, acción y conceptos, pero ¿qué pasa con el conocimiento? A veces puede resultarle difícil al profesorado identificar un conjunto de conocimientos para una unidad en particular; tal vez sientan incomodidad al señalar conocimientos concretos que deben aprenderse porque esto puede dirigir la indagación de un modo que quite el control al alumnado. Sin embargo, yo diría que identificar algunos conocimientos esenciales para entender una idea central les da más poder a los alumnos/as, y les anima a convertirse en personas que aprenden de manera autónoma y son capaces de evaluar.

En la publicación Cómo hacer realidad el PEP (2009), en la sección que pregunta si es posible identificar un conjunto específico de conocimientos para el programa, se explica que, aunque hay algunos “aspectos comunes esenciales” que representan experiencias humanas compartidas (lo que llevó a la elección de los seis temas transdisciplinarios del marco del PEP), cada colegio debe desarrollar su propia secuenciación de contenidos de forma de reflejar sus circunstancias particulares. Pero ¿nuestros documentos de secuenciación de contenidos siempre reflejan el conocimiento asociado con las unidades de indagación?

El trabajo de Lynn Erickson Structure of Knowledge (2002) suele utilizarse en los talleres del PEP para ilustrar cómo los conceptos y conocimientos interactúan y así ayudan al alumnado a articular una generalización principal (similar a las “ideas centrales” que todos tenemos en nuestros programas de indagación). Los fundamentos para ser capaces de articular estas generalizaciones principales (o de comprender una idea central del PEP) se basan en la identificación de los datos esenciales que interactuarán con los macroconceptos y microconceptos (o, como los llamamos en el PEP, conceptos clave y relacionados) que se hayan elegido.

John Hattie y Gregory Donoghue (2013) definen el aprendizaje del siguiente modo:

El proceso en que [el alumnado] desarrolla conocimientos superficiales suficientes que luego [le permiten] avanzar hacia una comprensión más profunda, de manera tal que cada estudiante pueda transferir correctamente ese aprendizaje a nuevas tareas y situaciones.

Hattie afirma que hay un momento adecuado para las intervenciones y el uso de estrategias de aprendizaje deliberadas. Basándose en sus más de 800 metaanálisis de más de 50.000 artículos de investigación, Hattie sostiene que permitir a un alumno/a indagar sin estructura demasiado pronto no funciona, pues el tamaño del efecto es de solo 0,31, menos del crecimiento aceptable para un año (con 0,4 como punto bisagra que define el crecimiento tipo en un año).

Aquí es donde la taxonomía de la estructura de los resultados del aprendizaje observados (SOLO, por sus siglas en inglés) puede resultar útil. Aunque fue desarrollada por Biggs y Collis en 1982, en los últimos tiempos parece haber vuelto a cobrar interés. Hattie (2012) la describe como “el modelo más eficaz para entender estos tres niveles de comprensión [superficial, profunda y conceptual]”. En su libro The Power of Inquiry (2015), Kath Murdoch dice que la taxonomía SOLO “explicita el trabajo de John Dewey, quien escribió ampliamente sobre cómo nuestra comprensión surge de nuestra capacidad de ver conexiones”Por su parte, Pam Hook (2012), quien ha publicado diversos documentos orientados a ayudar a los colegios a implementar el modelo en una gran variedad de áreas disciplinarias, señala que esta taxonomía ofrece soluciones para “garantizar que se amplíe la capacidad cognitiva de todo el alumnado, fomentar el interés, la confianza propia y el intercambio entre estudiantes”.

En el modelo SOLO hay cuatro niveles de pensamiento. En el Seisen International School, hemos simplificado los nombres de estos niveles para usarlos con nuestro alumnado. Los niveles son el uniestructural (al que llamamos “una idea”), el multiestructural (al que llamamos “varias ideas”), el relacional (al que llamamos “conexión de ideas”) y el abstracto extendido (al que llamamos “profundización”). Los primeros dos niveles corresponden al aprendizaje superficial, y requieren que cada estudiante busque información y recopile ideas. Los otros dos niveles requieren un pensamiento más profundo: cada estudiante debe procesar la información reunida en los primeros. Cuando los alumnos/as están en una etapa en la que no tienen una idea del concepto, tema o asignatura, se dice que están en un nivel preestructural (al que llamamos “primeros pasos”).

En Seisen hemos tenido casos de éxito con la adopción de la taxonomía SOLO. Cuando reflexionan sobre su progreso y establecen metas, los alumnos/as se remiten a los niveles. Este ha llegado a ser nuestro idioma de aprendizaje, compatible con nuestro propio ciclo de indagación (primeros pasos, investigación, conexión de ideas y profundización). Mediante una lista de verbos adecuados para cada nivel, el diseño de las actividades de aprendizaje en todo el continuo procura que el alumnado pueda identificar dónde se encuentra y elegir sus próximos pasos. Cada estudiante evalúa su propio aprendizaje, y los equipos docentes tienen una herramienta que pueden usar para responder a la pregunta del recuadro 3: ¿De qué formas podemos evaluar el aprendizaje del alumnado en relación con las líneas de indagación? ¿Qué indicios lo demostrarán?

Para el momento en que los alumnos/as se acercan al año de la exposición del PEP, el empleo sistemático de la herramienta les permite hacer un trazado de sus propias progresiones del aprendizaje, usando los términos de la taxonomía SOLO en cada etapa de su indagación independiente. ¿Acaso nuestra meta como docentes no es estructurar las indagaciones de manera que animen a cada estudiante a convertirse en personas que aprenden de manera autónoma y son capaces de evaluar?

En nuestro blog encontrarán enlaces a ejemplos de uso de la taxonomía SOLO en unidades de indagación de diferentes años.

¿Está utilizando la taxonomía SOLO en el colegio donde imparte el PEP? ¿Le interesa aprender más sobre esta taxonomía? Escríbanos a pyp.curriculum@ibo.org.

Michael Hughes es un experimentado coordinador del PEP y ya lleva cuatro años trabajando en el Seisen International School en Tokio (Japón). Antes, trabajó en colegios internacionales de Singapur y Jordania. Tiene 10 años de experiencia en el PEP y se desempeña como responsable de taller en la región de Asia-Pacífico.

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