Contribución de Neil Bunting
Esta es la segunda entrega de una publicación de tres partes sobre los desafíos, las responsabilidades y el rigor: tres atributos fundamentales en los que mi colegio va a centrarse este año.
“Las responsabilidades nos facultan para responder” – Stephen Covey
¿Quiénes son los responsables de los colegios? ¿Cuántas veces hemos oído a alguien decir que tal o cual cosa no es su trabajo?
¿Es el director el responsable de todo? ¿Lo es el equipo directivo? ¿Lo es el personal docente? ¿O todos tienen parte de responsabilidad? ¿Y qué hay de los alumnos?
¿Cuáles son las ventajas de definir claramente las responsabilidades y cómo se puede crear un entorno en el que todo el mundo se implique y comprenda su función, sus derechos y sus responsabilidades?
Personalmente, creo que las responsabilidades son cosa de todos.
En la comunidad escolar, las responsabilidades son un indicador fundamental, como lo son en cualquier organización eficaz.
Existen protocolos que los padres deben seguir. Por ejemplo, en los Colegios del Mundo del IB, se les anima a apoyar activamente al colegio y a compartir su experiencia personal y profesional en beneficio de los miembros de la comunidad de aprendizaje. Si un padre o una madre se dedica profesionalmente a la cocina, puede venir al colegio y preparar una receta con los alumnos. Si se dedica profesionalmente al deporte, puede venir y dirigir una sesión de entrenamiento.
Los padres también han de conocer su función en la promoción de la filosofía, la visión y la misión del colegio, y en el desarrollo de sus hijos. Por ejemplo, pueden leer y escucharlos mientras leen.
Los docentes necesitan descripciones claras y bien definidas de sus tareas, y conocer cuáles son sus expectativas profesionales tanto dentro como fuera del aula. Lo mismo se aplica al equipo directivo, el personal de limpieza, los guardias de seguridad y el personal de mantenimiento. Para mantener un entorno saludable y seguro, es sumamente importante que todos los miembros de la comunidad escolar sean conscientes de que son igualmente responsables si ven un equipo averiado o un posible peligro en el colegio.
¿Cómo podemos ayudar a nuestros alumnos a ser responsables?
Una de las responsabilidades del educador es dar ejemplo de sus expectativas e inculcar a los alumnos buenos hábitos en lo que a responsabilidad se refiere. Para ayudar a los alumnos a comprender los conceptos de responsabilidad y cooperación, se recomienda destacar y explicar el atributo “íntegros” del perfil de la comunidad de aprendizaje del IB, así como la importancia de la equidad y la justicia.
Las experiencias de aprendizaje experiencial, los campamentos y las excursiones, donde los alumnos aprenden a administrar presupuestos, preparar la comida o instalar tiendas de campaña, son magníficas estrategias para desarrollar la responsabilidad.
Como adultos y profesionales, podemos demostrar a los alumnos cómo, a través de una revisión del desempeño, nuestra organización evalúa este indicador y busca maneras de definir y mejorar nuestra responsabilidad.
El siguiente paso es promover buenos hábitos de estudio y rutinas entre los alumnos.
Estos hábitos incluyen, por ejemplo, cumplir los plazos y no dejar las tareas para el último momento, conocer sus expectativas (y preguntar todo aquello de lo que no estén seguros), respetar los reglamentos y normativas del colegio que se hayan estipulado de mutuo acuerdo, preocuparse por el trabajo, el medio ambiente y su aspecto personal, llevar el uniforme si así lo dictan las normas del colegio, ser organizados y puntuales, participar activamente en las clases, colaborar, actuar, cuestionar, motivar y escuchar a otras personas, reflexionar sobre la calidad de su trabajo, abordar sus limitaciones y crear un plan de acción para mejorar sus resultados en el futuro.
La adopción de buenos hábitos desde la edad más temprana posible resulta útil, y el establecimiento de rutinas sólidas en el colegio desde el principio resulta tremendamente útil. Estos hábitos incluyen la capacidad de organizarse, distribuir el tiempo para cumplir todos los requisitos diarios y semanales del colegio, y descansar y dormir lo suficiente.
El énfasis que pone el IB en las habilidades de los enfoques del aprendizaje enseña a los jóvenes la importancia de ser organizados y a comprender la necesidad de desarrollar buenos hábitos tanto dentro como fuera del aula.
Una ética de la responsabilidad positiva en los colegios equilibra las necesidades, los derechos y las responsabilidades de todos los alumnos y grupos de interés.
Los alumnos tienen derecho a que se escuche su opinión. Se les ofrecen diferentes oportunidades y opciones, y con sus decisiones asumen la responsabilidad de los resultados de las acciones que han elegido. Es una habilidad fundamental para la vida que deben aprender.
Los colegios crean sistemas perfectos, consejos de alumnos, simulaciones de un Modelo de las Naciones Unidas, campamentos de liderazgo, cumbres de liderazgo para alumnos, equipos escolares, sistemas de casas y otras oportunidades de liderazgo para los alumnos, pues saben que estos sienten una mayor inversión y se implican mucho más cuando se valora su opinión.
Los jóvenes constituyen el mayor porcentaje de la población en zonas de África y gran parte de Oriente Medio. Su capacidad para actuar y asumir la responsabilidad de las consecuencias de sus acciones es fundamental para el desarrollo en estos países. El presidente Obama abordó concretamente este asunto en su reciente visita a África.
Como preparación y como reflejo de la vida real, los colegios o instituciones educativas brindan contextos de aprendizaje reales. Estos contextos incluyen la delegación de responsabilidades a los alumnos, que han de responder por sus propias decisiones y acciones.
Neil Bunting es el director de secundaria del Greenfield Community School, un colegio de Taaleem. Permanezca atento a otras publicaciones de Neil en las que explora temas comunes presentes en todos los programas del IB.