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La inclusividad real es equitativa, no igualitaria

En 2023, el Bachillerato Internacional (IB) ayudó a cerca de 13.149 estudiantes con diferentes adecuaciones inclusivas de acceso por medio de su política de acceso e inclusión.

La política de acceso e inclusión permite la adopción de adecuaciones para todos los alumnos y alumnas que necesitan apoyo con arreglo a sus necesidades y preferencias particulares. Entre ellas, se pueden encontrar la asistencia de un lector/a para alumnos/as con dificultades para la lectura, organizadores gráficos para ayudar a los alumnos/as con dificultades para la escritura, o la ayuda de un lector/a para un alumno/a con ansiedad durante un examen.

Conversamos con Karen Youakim, una graduada de 18 años del Programa del Diploma de la GEMS Wellington Academy (Dubái). Karen es originaria de Egipto, pero ha vivido en cuatro países a lo largo de su vida. Se considera a sí misma una “activista en proceso de aprendizaje”. Le apasiona el voluntariado, la lectura y hablar en público, y realizó una charla de TEDx en 2021. También le gusta mucho viajar y asumir riesgos. Como disfruta de la sensación de adrenalina, su filosofía de vida es plantearse retos todos los días. Karen también padece sordera en ambos oídos y tiene implantes cocleares bilaterales.

¿Cuál fue su experiencia con el Bachillerato Internacional?

Al principio elegí el Programa del Diploma debido a la gran variedad de asignaturas que tendría la oportunidad de explorar. Todavía no estaba segura de qué quería estudiar, y me interesaban muchas cosas. No quería dejar de aprender matemáticas o de practicar una lengua extranjera; por lo tanto, estoy muy feliz de haber escogido el IB.

Mentiría si dijera que el PD no fue difícil. De hecho, creo que es el programa académico más desafiante que he hecho y que haré en la vida. Sin embargo, lo que más disfruté fue lo personalizable que era.

Tuve que llevar mi mente a su máximo potencial y, gracias a eso, diría que ahora soy mucho más creativa, crítica e imaginativa de lo que era antes. Tenía absoluta libertad sobre lo que aprendía y producía, lo que hizo que me interesara aún más por hacerme cargo de mi educación.

Cada evaluación interna era una oportunidad de explorar algo que me apasionaba, y no algo que estuviera obligada a aprender. Mi evaluación interna de Matemáticas fue sobre cabello rizado, y la abordé de una manera que dudo que alguien se hubiera planteado antes. Usé mi muñeca de la infancia como sujeto de prueba y mis propias experiencias como fundamentación, y obtuve una puntuación de 19/20. Mi monografía fue sobre historia de iglesia, que es algo que estaba aprendiendo afuera del colegio y en lo que quería profundizar. La abordé desde un ángulo de nicho al comenzar a explorarla desde mi propia denominación del cristianismo. Para mi examen oral de Inglés, tomé las películas Disney de mi infancia y las vinculé a pósteres de la Primera Guerra Mundial. El PD realmente te impulsa a explorar áreas que jamás podrías haber imaginado.

Mis docentes siempre incentivaban el debate y, como me gusta ser audaz, yo siempre aprovechaba la oportunidad de ser abogada del diablo en las estimulantes discusiones que teníamos en clases. Esto las hacía más entretenidas que simplemente leer un libro de texto.

¿Cómo era cuando tenía que realizar exámenes?

La primera vez en mi vida que hice exámenes externos formales fue con los exámenes del PD, ya que el año en el que realicé el GCSE estábamos en plena pandemia de la COVID-19. Si tomo eso en cuenta, creo que el período de exámenes no fue tan difícil como imaginé que sería. Me concentré principalmente en estudiar las asignaturas que encontraba más difíciles, y repasé las que me parecían más fáciles más cerca de la fecha del examen. Había practicado con preguntas de examen, sabía cómo distribuir mi tiempo y conocía cuáles eran mis puntos débiles, lo que me permitió ponerles atención mientras realizaba los exámenes.

Dado que había pasado los últimos dos años acostumbrándome al modo de pensar del IB, a hacerme responsable de mi propio aprendizaje y a abordar los desafíos de manera creativa, los exámenes eran mi oportunidad de demostrar las habilidades que había adquirido.

¿Qué apoyo recibió a lo largo de sus estudios?

Como padezco sordera en ambos oídos y tengo implantes cocleares bilaterales, a veces aprender era un desafío para mí. En clases, siempre pedía que me sentaran al frente, de manera que pudiera leer los labios de mis docentes. También tenía un micrófono de modulación de frecuencia que podían usar y que me permitía escucharles como si estuvieran a mi lado. Mis docentes me ayudaron mucho, y me dijeron que podía hacer preguntas en cualquier momento si no había oído algo.

El IB también permitió que se hicieran algunos ajustes en mis exámenes, de modo que pudiera desempeñarme lo mejor posible. En todos los exámenes de prueba y en los reales, se me dio un 25 % de tiempo adicional para que pudiera procesar las instrucciones orales antes de comenzar a realizarlo. En mi prueba de comprensión auditiva de Francés, un profesor me leyó la transcripción de los archivos de audio que el resto del alumnado escuchaba en la computadora, ya que mis oídos no pueden filtrar el ruido de fondo y necesito leer los labios para poder escuchar.

¿Qué efecto tuvo ese apoyo en usted?

El que me ofrecieran apoyo tan fácilmente, sin tener que luchar para solicitarlo o recibirlo, me hizo sentir que estaba en igualdad de condiciones. No me sentí diferente al resto del alumnado, no sentí que tuviera ninguna desventaja, y no sentí que necesitaría esforzarme más que el resto para obtener los mismos resultados.

Como directora de inclusión en mi colegio, me centro especialmente en la diferencia entre igualdad y equidad cuando hablo sobre inclusión. Creo que tanto mi colegio como el IB entienden perfectamente la diferencia: la inclusividad real es equitativa, no igualitaria. Dar a cada estudiante lo que necesita, en lugar de dar lo mismo a cada estudiante, es la clave para alcanzar una verdadera igualdad. Yo misma fui testigo de ello. El apoyo recibido a lo largo del IB también me enseñó una lección: está bien pedir ayuda si la necesitas.

¿Cuál es su siguiente paso?

Mi próximo paso es ir a la universidad. Me entusiasma mucho poder estudiar en el University College de Londres, porque realmente es una institución de prestigio mundial. Aunque estoy estudiando Derecho, no estoy segura de si más adelante trabajaré en este campo. Quiero explorar el derecho humanitario mientras asisto a la universidad. Mi sueño es algún día ser abogada humanitaria, activista y defensora de derechos. Quiero cambiar el mundo palabra a palabra. Mi plan es, algún día, abrir varios orfanatos en mi país natal, Egipto, para encontrar a infantes en desventaja provenientes de familias disfuncionales, darles los privilegios con los que yo crecí, y ayudarles con cualquier problema legal que puedan tener. Si eso no resulta, mi otro plan es ser profesora. Tal vez termine trabajando para el IB.